miércoles, 28 de diciembre de 2011

REYES MAGOS, UNA INFAMIA

OTRA VEZ
Acabo de oír el informe anual sobre la pobreza en España en el que se confirma que 2 millones de niños pasan hambre y penurias en España y no dejo de indignarme al recordar la celebración de esta estúpida festividad, basada en una abismal tomadura de pelo y en la mas grande de las mentiras, eso sí patrocinada por los grandes almacenes que hacen su agosto a costa de la inocencia de los niños y el endeudamiento para millones de familias que las pasan putas para llegar a fin de mes.
La Navidad es una de las épocas preferidas de los niños, que esperan ansiosos el día en que los reyes magos les dejan los juguetes debajo del árbol. Pero hay muchas familias que, por motivos económicos, no pueden permitirse dejarles ni siquiera un sólo juguete. Contra esta situación y esta celebración, es contra lo que vengo luchando año tras año y seguiré haciéndolo.
¿Que estupor deben sentir esos millones de niños con un comportamiento ejemplar que no ven cumplidos sus sueños, cuando observan que el vecinito de al lado que es un cabrón, tiene todo lo que desea?
¿Porque todavía (exceptuando a Leguina a quien hizo rectificar la oligarquía económica)), no hay nadie que acabe con esta cruel festividad, cuando todo el mundo sabe que es una actividad promocionada por motivaciones comerciales, que solo propicia el consumismo, totalmente obligado? Este consumismo forzado ahoga en deudas a muchas familias, que se ven obligados a procurar cumplir con la ilusión de los hijos, que una inmensa mentira le ha hecho concebir.
¿Porque si es el día mas esperado por los niños, no se tiene la vergüenza de aclarar que el mas falso del año?
¿Porque la Iglesia sigue con esta festividad cuando a todas luces se sabe que es mas falsa que Judas y porque permite que se siga engañando tan cruelmente a los niños?
¿Cuándo desaparecerá de las autollamadas sociedades desarrolladas un montaje como el de los Reyes Magos o papás noeles? ¿Cuándo dejará de argumentarse que «hay que dar ilusiones a la vida», para defender nuestras mentiras de adultos, para justificar el chantaje durante meses, para favorecer el consumo suicida por encima de las propias posibilidades, para hacer crecer los grandes negocios de los grandes de siempre para fomentar la competencia insolidaria por el regalo más caro...?
Ahora que se ha transformado en una fiesta laica sería mejor si la iglesia tuviera un poco de decencia, que cambiaran esta festividad para el día 28 de Diciembre "Los Santos Inocentes", pues se ajustaría mas a la realidad, hasta que despareciera por completo.
Muchos me han criticado porque dicen que no se le puede quitar la ilusión a los niños, ¿pero que ilusión, si está basada en una invención y una mentira? Lo lógico es que se fuera transformando en otra festividad que la sustituyera y que aparte de acabar con el gigantesco fraude, no fuera tan gravosa para los bolsillos de los necesitados.
Porque no solo estamos contribuyendo a mantener esta falacia, sino que de forma inexorable provocamos con el tiempo la mayor desilusión y desamparo que sufren los niños, posiblemente la mas importante y que les marca de por vida, cuando descubren que los reyes magos, son en realidad los papas.
Si aceptamos el criterio de que el fin no justifica los medios, tratar de justificar la “mentira” de Los Reyes Magos en defensa del mantenimiento de una ilusión, me hace dudar de la bondad de la mentira.
Pienso que con esto estamos enseñando a los niños a que la mentira es buena y cuando intentamos establecer con los pequeños un código de comportamiento en nuestras relaciones basado en la verdad y en la necesidad de transparencia, el concepto pierde todo su valor, porque la mentira no tiene tamaño ni naturaleza, y nunca tiene justificación, simplemente es una mentira, una distorsión premeditada de la realidad y en la que ya hemos caído.
Hay otras formas de fomentar la ilusión sin necesidad de recurrir al engaño, por eso siempre he estado en contra de esta burda fiesta y sus dolorosas e insanas consecuencias.
Alguien me comento que esta mentira no hacía daño a nadie, tengo que decirle que si hace daño; hace daño a los dos millones de niños que verán frustrada su ilusión y su tristeza no tendrá esperanza, hace daño a las familias humildes que tienen que endeudarse (las que puedan) para no fallar con la ilusión de los niños y hace daño a los niños que descubren la mentira, a los que de golpe y porrazo derrumbamos todo su mundo de fantasía, que significará un trauma para ellos en su tierna infancia.
Visto así, ¿merece la pena seguir manteniendo esa ilusión en los niños, manteniendo esta festividad, ó eliminarla para no jugar con su inocencia, para evitar que los supermercados se pongan las botas a costa de esa inocencia, para evitar que muchas familias se endeuden, para evitar que muchos millones de niños no tengan un solo juguete en ese día y para evitar la gran decepción y desilusión que se llevan cuando descubren que todo es un cuento chino y que los reyes son los padres?
Tu que opinas? Yo, ya he decidido.

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